“Americanos, vienen a España gordos y sanos / viva el tronío y viva un pueblo con poderío…”, cantaban los incautos habitantes de Villar del Río, con su alcalde (inolvidable Pepe Isbert) a la cabeza, recibiendo en ”Bienvenido, Mister Marshall” a una comitiva oficial que pasaba de largo dejándoles con un palmo de narices. Pues bien, con ese mismo soniquete recibió en la mañana de ayer la plataforma “Soria ¡ya!” a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, quien acudió a la capital soriana para participar en la sesión inaugural del congreso “Think Europe.Compromiso 2030”.

La vicepresidenta, que luce un nuevo look gafapasta, no pasó de largo, pero como si lo hubiera hecho. Se soltó el ladrillo que traía preparado sobre la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y se volvía rauda a Madrid para no perderse el vino de Navidad ofrecido a los medios de comunicación en La Moncloa. No es un error: el tradicional encuentro navideño con la prensa se celebraba ayer, con un mes de retraso, debido a que en su momento Mariano Rajoy no encontró hueco en su agenda a causa de las elecciones catalanas. Para Sáez de Santamaría no era cosa de perderse esa cita precisamente cuando no pasa por su mejor momento político. Tras el descalabro del PP el pasado 21-D, los analistas no apesebrados piensan que, con su desastrosa gestión sobre el conflicto catalán, ha enterrado cualquier posibilidad de suceder a Rajoy.

A su paso por Soria, prototipo de la despoblación, la vicepresidenta, de cuyo ministerio depende la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, no dijo esta boca es mía sobre dicho plan, que, según el compromiso adquirido hace un año en la Conferencia de Presidentes, tendría que haber estado listo antes de finalizar 2017.

En el mismo foro participaba el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, a quien por cierto solo suele vérsele el pelo en Soria cuando acude a actos electorales del PP. Según las crónicas, los de “Soria ¡ya¡” también le dedicaron alguna consigna, entre ellas la de “El dinero de Herrera no nos llega”. No es del todo cierto, ya que una buena pila de millones de la Junta llegó a la mal llamada Ciudad del Medio Ambiente. Otra cosa es que fueran despilfarrados en un engendro declarado además inconstitucional, sin que a fecha de hoy, y para variar, nadie haya asumido ninguna responsabilidad.

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