La producción del cochinillo de Segovia con marca de garantía descendió un 10%, el año pasado, frente a 2016, aunque el consumo en restaurantes creció y alcanzó su cifra récord.
La Asociación para la Promoción del Cochinillo de Segovia (Procose) ha celebrado su asamblea de asociados abordando los nuevos retos de la organización titular de la marca de garantía. Según su presidente, José María Ruiz, pretenden dar continuidad a un estudio dirigido a encontrar las mejores razas de cerdo blanco para la producción del cochinillo de Segovia.
Otro de los objetivos es consiste en trabajar en la declaración del emblema gastronómico como Bien de Interés Cultural de Castilla y León, que continuará con el desarrollo del trabajo de un grupo de expertos encabezados por el antropólogo y arqueólogo Pedro Javier Cruz Sánchez.
En 2017 se sacrificaron 185.225 cochinillos, frente a 205.837, en el año anterior, un 10% menos, lo que repercutió también en que bajó el número de animales calificados con la marca, ya que no todos se admiten debido a su peso y hechuras, entre otros parámetros que marca el reglamento, pasando de 128.279 cochinillos, en 2016, a 123.735, en 2017, con un descenso del 3,5 %.
El gerente de Procose, José Ramón Marinero, ha explicado que el descenso se debe al elevado precio que han alcanzado tanto el cerdo de cebo -cerdo adulto de 100-120 kilos-, como los lechones.
Si en 2016 se calificaron 128.279 cochinillos, el año pasado se bajó a 123.735, un 3,5 % menos. Marinero ha aclarado que el porcentaje de bajada es menor al de sacrificios porque el ganadero se ha implicado más en producir cochinillos para poder optar a la marca de garantía.







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