Lo que sucede es que en las quinielas que circulan para suceder a Luis de Guindos (si es que finalmente consigue encaramarse a la vicepresidencia del Banco Central Europeo) figuran dos candidatos muy bien relacionados con Herrera. Por orden de aparición, está primero la ministra de Agricultura, la omnipresente Isabel García Tejerina, quien sigue contando con el padrinazgo de Miguel Arias Cañete, un personaje que, más allá de las polémicas en que se ha visto envuelto, conserva una notable influencia sobre Mariano Rajoy.

García Tejerina mantiene un gran “feeling” con el presidente de la Junta, quién intentó sin éxito que encabezara la candidatura al Congreso por Valladolid en las elecciones generales de 2015. No lo logró porque Rajoy prefirió situarla en el número tres de la lista por Madrid, puesto de privilegio que ella lógicamente no pudo rechazar aunque quienes la conocen aseguran que hubiera preferido ser diputada por su provincia natal.

Y el otro candidato no es otro que el leonés Fernando Bécker, el que fuera consejero de Economía y Hacienda de la Junta entre 1991y 1995 (primer gobierno presidido por Juan José Lucas) y hasta hace cuatro días director corporativo de Iberdrola, compañía que, después de 18 años, acaba de abandonar acogiéndose a un plan de bajas incentivadas. Bécker, compañero de Colegio Mayor de Herrera, fue quien introdujo a éste en política, al nombrarle en 1992 secretario general de la consejería, incorporándole a un equipo bautizado con el nombre de “Los Sabandeños”.

Tanto Tejerina como Bécker ofrecerían gustosos al presidente de la Junta un cargo de relumbrón en Economía, si es que Herrera decidiera finalmente hacer mutis por el foro, cosa sobre la que “El topillo” alberga fundamentadas dudas. Pero ese es ahora el clavo ardiendo al que se agarra el entorno de Alfonso Fernández Mañueco, al que cada vez se le hace más insoportable la idea de tener que tragar con el presidente “pato cojo” de un “gobierno zombi” (Pedrouve dixit) hasta las elecciones autonómicas.

El topillo de Castilla y León