La imagen de la Virgen se custodia en la iglesia de San Andrés, en una pequeña capilla dedicada a ella. Allí tiene su sede la Cofradía de la Virgen de las Candelas. Es una fiesta del barrio de San Andrés pero la devoción popular está muy arraigada en toda la Villa.

Los primeros documentos sobre el origen de la celebración datan de principios del siglo XX, aunque la fiesta es anterior según constató Balbino Velasco Bayón en su Historia de Cuéllar.

La celebración de la fiesta en el mundo cristiano tiene su origen la presentación de Jesús en el Templo y a la Purificación de la Virgen María. La Ley Mosaica daba un plazo a las mujeres tras dar a luz para acudir al templo de Jerusalén y realizar la ceremonia de la purificación. En el templo entregaban a los sacerdotes dos tórtolas para el sacrificio y llevaban en sus manos una candela.

El historiador Juan Carlos Llorente detalla cómo en la religión católica el ‘Niño Jesús’ representa la Luz, y el Niño es presentado en el templo. También representa el primer dolor de la Virgen profetizado por Simeón, que adelanta el sufrimiento que en el futuro tendría Jesucristo.

La imagen de la Virgen se recubre con ropillas dieciochescas. Allí colocan los cofrades las dos tórtolas y en su mano lleva una vela muy adornada. Los cofrades, en la iglesia, realizan tres genuflexiones ante la imagen de la Virgen de Las Candelas situada delante del altar.

Los festejos se centran básicamente en celebraciones religiosas, realizando una procesión con la imagen por el barrio, novena y misa mayor. Antiguamente, la misa y la procesión se celebraban por la mañana. El mayordomo mayor también ofrecía en su casa a los cofrades el denominado ‘morteruelo’ que, según se cree, se hacía con productos de las recientes matanzas del cerdo.