El gran escenario montado en el pabellón Santa Clara ha servido para que miles de personas disfrutaran de danzas, country, bailes modernos y tradicionales, pellizcos de flamenco o gimnasia rítmica.

Daniel Martín de Blas ha recogido con su cámara todas las actuaciones que con esmero y gran trabajo han preparado los voluntarios del Arciprestazgo de Cuéllar durante más de un mes. No solo ha sido el trabajo realizado estos días. Ha sido una coordinación de actividades, grupos e intérpretes que han colaborado con el festival para “compartir lo que importa”.

El festival comenzaba a las seis de la tarde y hasta Cuéllar se han acercado vecinos de otras localidades para disfrutar en una jornada solidaria de actuaciones de niños y mayores. El sonido de las dulzainas se mezclaba con el de los sorteos, con el del flamenco o con aplausos a gimnastas.

Con la organización han colaborado más de cien empresas y comerciantes que se han unido al Arciprestazgo para apoyar la campaña de Manos Unidas.

El festival ha vendido entradas por un precio de tres euros y también ha contado con la tradicional ‘fila cero’ que recibe donaciones de personas que no acuden al evento. Toda la recaudación irá a Zimbabue para la construcción de aulas de un colegio y un depósito de agua.

Para rematar la jornada, muchos de los organizadores y asistentes asistirán a una cena benéfica en un restaurante cuellarano.

Reportaje del Festival de 2018.