Villalar como escaparate político
Por tradición y naturaleza, y trascendiendo el significado del propio símbolo, es un hecho que Villalar de los Comuneros constituye cada 23 de abril un gran escaparate político en el que todos buscan su hueco y sus minutos o segundos de gloria desigualmente iluminados por el foco mediático.
El PP, que en tiempos de José María Aznar declaró la guerra a la convocatoria, tras comprobar que las amapolas seguían floreciendo cada primavera, se aplicó años más tarde la máxima de “si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”. Y vaya que si se unió, quedándose, a través de la Fundación Villalar, casi con el santo y la peana, y cargándose -eso sí, con la connivencia del anterior coordinador autonómico de IU- el manifiesto unitario con el que partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales y ciudadanas convocaban a la campa cada 23 de abril.
Ese escaparate político está especialmente concurrido el año que toca celebrar elecciones autonómicas y municipales, en el que la celebración tiene lugar en plena precampaña electoral. Y aunque en principio no era el caso de ayer, ya que dichos comicios han de esperar a mayo de 2019, el tufo electoral compitió a lo largo de la jornada con el que desprende la panceta, el chorizo, las sardinas y demás especialidades culinarias servidas en las casetas de la campa. No en vano todas las fuerzas políticas, sin excepción, mantienen activado desde hace meses el modo "precampaña electoral”.
De hecho, el PSOE de Castilla y León aprobaba hace una semana el calendario de las primarias internas para elegir su candidato a la presidencia de la Junta y a las alcaldías de los 15 ayuntamientos de la comunidad de más de 20.000 habitantes. El 9 de junio es la fecha prevista para que las bases socialistas decidan quien encabeza el cartel autonómico, pero en la práctica esa suerte ya está echada.
Salvo sorpresa monumental, el secretario autonómico del partido, Luis Tudanca, será el único precandidato que concurra a este proceso, con lo cual será proclamado candidato sin necesidad de urnas, tal como ya sucedió en 2015. Ya dejamos dicho aquí que una cosa es que los candidatos afines a Tudanca perdieran buena parte de los últimos congresos provinciales y otra muy diferente que los restos del naufragio susanista estuvieron en condiciones de armar una candidatura alternativa capaz de disputarle al secretario autonómico el cartel electoral de los comicios de 2019.
Por si quedaba alguna duda, Pedro Sánchez, recién aterrizado en España procedente del congreso de los socialdemócratas alemanes, se acercaba a Villalar para dar el espaldarazo a Tudanca. Aunque había acudido en 2010 cuando era un diputado del Congreso prácticamente desconocido, ha sido la primera vez que Sánchez se ha sumado a la convocatoria de Villalar siendo el máximo responsable del PSOE. Amén de participar en la ofrenda floral ante el monolito que recuerda el ajusticiamiento de los capitanes comuneros, Sánchez tuvo ocasión de abrazar algunas de las reivindicaciones sociales presentes el 23 de abril, tales como la que abandera en defensa de la Sanidad Publica la coordinadora constituida al efecto en Castilla y León.
Por segundo año, el PP comparecía en la situación de bicefalia derivada de las primarias celebradas hace algo más de un año en las que Alfonso Fernández Mañueco reemplazó a Juan Vicente Herrera en la presidencia autonómica del partido.
En su rápido paseo por la arteria que une la plaza mayor con la campa, Herrera, embutido en el mismo jersey gris de los años anteriores y flanqueado por los consejeros de Economía y Empleo, Pilar del Olmo, y Carlos Fernández Carriedo, se tropezó con los trabajadores de Made, la empresa de Medina del Campo amenazada de cierre, a los que reconfortó con las buenas palabras -otra cosa no- que siempre tiene a mano en estos casos.
Pese a que también le acompañaba la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, Herrera pasó de visitar la carpa de la Fundación Villalar, a la que el domingo había hecho ya el feo de no asistir -ni él ni ningún representante de la Junta- al acto de presentación del proyecto de conmemoración del V Centenario del movimiento comunero. (Patética por cierto la balbuceante excusa que se vio obligado a improvisar ayer al ser preguntado sobre dicha ausencia).
Muy en segundo plano, no sé sabe si deliberado o no, pudo verse a Fernández Mañueco, quien permanece a la espera de que Génova proceda a proclamar los candidatos del PP a la presidencia de las comunidades autónomas, trámite que se está demorando a causa del “caso Cifuentes”. La posibilidad de que el presidente del gobierno zombi tenga a bien hacerse a un lado para permitir su investidura parece cada vez más remota.
En clave manfiestamente electoral cabe interpretar la presencia en Villalar del secretario autonómico de Podemos, Pablo Fernández, quién ayer (léase “El topillo”) celebró por primera vez el 23 de abril en la localidad comunera. Aunque no parece que vaya a encontrar enfrente ningún competidor de peso, Fernández ha de someterse al correspondiente proceso de primarias para volver a encabezar la candidatura morada a la presidencia de la Junta. Fiel al líder supremo de la formación, sigue contando con la absoluta confianza de Pablo Iglesias. El peliagudo problema que tiene delante Podemos es el de sus candidaturas a las elecciones municipales, un proceso que va a poner a prueba el verdadero grado de implantación y cohesión del partido en esta comunidad autónoma.
Con el perfil bajo que siempre ha tenido su presencia en Villalar, se dejó caer por allí el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Luis Fuentes, otro que tiene que someterse formalmente a un proceso de primarias si quiere –que quiere- volver a encabezar el cartel autonómico de la formación naranja. Personalmente, tengo para mí que cuanto mayores son las posibilidades de que Ciudadanos gobierne esta comunidad, ostentando incluso la presidencia de la Junta, menores son las de que Fuentes sea su cabeza de cartel.
Con mayor motivo después de que, con su oferta al ex primer ministro francés, Manuel Valls, Albert Rivera haya dejado muy claro que el es “le roi” que se sobra y se basta para decidir sobre las candidaturas de su partido. Y la sombra del diputado por el Congreso por Valladolid, Francisco Igea, sigue planeando sobre las aspiraciones de Fuentes , cuya candidatura cuenta con el incondicional apoyo del reducido grupo que junto a él controla férreamente el partido en esta comunidad.
Y fiel a la tradición mantenida por IU, su coordinador autonómico, José Sarrión, quien asimismo ha de enfrentarse al consabido proceso de primarias, se hizo presente en la campa acompañando las reivindicaciones de Stop Uranio, la plataforma que se opone a la devastadora explotación a cielo bendecida por la Junta en la provincia de Salamanca, y al movimiento vecinal que ha plantado cara a los no menos destructivos proyectos mineros que amenazan la sierra abulense. Lo dicho: Todo un escaparate político propio de una precampaña electoral lanzada cuando falta más de un año para la cita con las urnas.
Afortunadamente, a ninguno de nuestros próceres les ha ocurrido lo que al de la jota cantada como despedida en el memorable homenaje rendido por la tarde al dúo Candeal: "Te has subido al obelisco/ para hacerte el importante/ y ahora como eres tan listo/ no sabes como bajarte..."
El blog de Pedro Vicente
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