Apenas se constató que salían las cuentas de la moción de censura y, sin esperar siquiera a la votación que las confirmara, ya comenzaban a aparecer las primeras quinielas sobre la composición del inminente gobierno socialista a presidir por Pedro Sánchez.

El aparato oficial del PSOE de Castilla y León, que cuenta con una nutrida representación en la Ejecutiva Federal del partido -cinco puestos directos a los que se añade el de carácter nato del portavoz del grupo en el Senado, el burgalés Ander Gil- está convencido de que Sánchez premiará la fidelidad del partido en esta comunidad colocando a alguno de sus miembros en el nuevo Consejo de Ministros. Dejando a un lado a Luis Tudanca, candidato “in pectore” a la presidencia de la Junta, por cercanía y rango sin duda los dos socialistas de Castilla y León más considerados por el nuevo presidente del gobierno son los vallisoletanos Óscar Puente e Iratxe García.

Puente está completamente autodescartado, dado su solemne compromiso de volver a encabezar la candidatura socialista a la Alcaldía de Valladolid, mientras el nombramiento de García -cuyo nombre suena como posible ministra de Agricultura- obligaría a Sánchez a cubrir la vacante que generaría al frente de la delegación de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo. De confirmarse el rumor, una vallisoletana sustituiría a otra, Isabel García Tejerina, al frente de dicho ministerio.

Otra ministrable, en este caso asociada a la cartera de Educación, es la diputada al Congreso por Palencia Mari Luz Martínez Feijo, cuya sintonía con Sánchez no viene de ahora. Martínez Seijo encabezó la plataforma constituida para apoyarle en Castilla y León en las primarias celebradas en 2014 y, después de ser una de las diputadas socialistas que se mantuvo en el “no a Rajoy” sin secundar la abstención ordenada por la gestora, volvió a volcarse a favor de Sánchez en las primarias en las que éste derrotó a Susana Díaz. La diputada palentina desempeña la secretaria de Educación en la Ejecutiva Federal.

Hablando de Palencia, lo que no tiene vuelta de hoja es que el PP palentino se encuentra a partir de ahora con un diputado cunero, Iñigo Méndez de Vigo, el IX barón de Claret, que le seguirá parasitando un escaño del Congreso sin poderle pasear ya por la provincia como ministro de nada.

Y la que se da por hecho que se incorporará a uno de los ministerios de Estado, muy posiblemente al de Interior, es Margarita Robles, leonesa de nacimiento aunque sin vinculación orgánica al PSOE ni en Castilla y León, dada su condición de profesional de juez. El lunes sabremos en que queda la cosa.

El Topillo de Castilla y León