El Salvador es un barrio cargado de mucha historia, se sitúa junto a los arcos del Acueducto. Sus calles y plazas se reparten alrededor de dos iglesias.

La Iglesia parroquial de El Salvador se alza y destaca en la plaza del barrio, mostrando sus restos románicos en el pórtico. Junto a la iglesia, o muy cerca de ella, se encuentran dos institutos de enseñanza con mucha solera.

Vecinos y estudiantes se reúnen en la Plaza cada día. Los escasos establecimientos comerciales de la barriada están acompañados de unos cuantos bares que también sirven de encuentro a estudiantes y parroquianos. Cada uno tiene sus horas.

Los vecinos de la barriada tienen un especial aprecio y devoción por los Santos Justo y Pastor, de hecho, la Asociación de Vecinos lleva el nombre de los santos que se veneran en su Iglesia.

Hace años, muchos años, en la plaza se encontraba un bar restaurante que popularizó un pincho: ‘los huevos fritos de Pali’. En otra esquina de la plaza se encuentra otro establecimiento que alterna en su barra vecinos y estudiantes que toman fuerzas por la mañana con un bocata de tortilla o unos buenos torreznos.

Junto al bar El Gato está el quiosco de Gabi. Gabi lleva un montón de años sirviendo chuches a los chicos y periódicos a los vecinos. Tras ser ya una institución en El Salvador, el quiosquero recibía ayer su homenaje con el que se daba el chupinazo a las fiestas.

El día 6 de agosto se conmemora la fiesta religiosa de la Transfiguración de Señor y de los niños mártires y santos Justo y Pastor. Una fiesta que la Asociación de Vecinos hace coincidir en el fin de semana próximo a esta fecha.

Por un día, Gabriel se ha unido a los ilustres segovianos a los que el barrio recuerda en sus calles y edificios: Diego Ochoa de Ondátegui, San Alfonso Rodríguez, Mariano Quintanilla, Ezequiel González o Díaz Sanz.

Foto y vídeo: Víctor Serrano