
Pasó de nuevo. La naturaleza sirvió de lienzo y el color cayó del cielo, caprichosamente, gracias a los sprays que crearon nubes.
Nubes de color. Pequeñas estrellas que se depositan sobre las pacas de paja. Dibujos caprichosos, ancestrales, actuales, pop, trazos sobre los paquetes de paja en las tierras de cereal permiten a los jóvenes expresar su amor por la tierra y celebrar –de un modo actual– los ciclos de la naturaleza.
El arte del grafiti ha pasado de las calles a las galerías de arte, a los museos y a nuestros campos.
En nuestro caso, es un arte momentáneo, efímero y fugaz; apenas permanecerá unos días pero la acción en sí tiene una repercusión duradera en los participantes: cada año quieren más y mejor, cada año participan más personas porque tocar la tierra y tocar el color tiene que ver con la energía vital y con las ganas de vivir. Así que durante unos pocos días es posible visitar esta galería al aire libre y contemplar con ojos nuevos las viejas tierras conocidas.
Desde el coche se podrá ver el trabajo realizado pero hay alguna sorpresa que aconseja aparcar en el camino y recorrer a pie la tierra: muchos paquetes tienen dibujos en las caras ocultas desde la carretera. Una cita que permite re-encontrarse con los campos cuando el cereal ya ha sido retirado. Una visita a la tierra cuando la tierra se queda al descubierto. De nuevo, una oportunidad para volver a recordar de dónde viene siempre nuestro sustento y celebrarlo.
El arte, el arte sencillo y humilde del grafiti nos permite subrayar la proximidad con nuestro medio y con nuestro entorno.
Aquí estuvieron Fer, Niño Iguana, Ze Carrión, Jsus y muchos otros. Y hasta se hizo el silencio cuando apareció “el japonés”, pero esa es otra historia...
La colaboración con Writers Madrid, como firma de referencia en el panorama del arte joven y del arte urbano que ha estado presente con varios artistas colaboradores y con el material para que los trabajos gocen de la mejor calidad posible.
Al mismo tiempo la iniciativa artística ha estado seguida de cerca por el Centro de Artes de Vanguardia “La Neomudéjar” de Madrid, como Centro de Artes, experimentación y creatividad que apuesta por rescatar espacios en desuso para gestionarlos con usos culturales de calidad.
En suma, se trata de una iniciativa sencilla que, después de un nacimiento espontáneo y vecinal, da un paso hacia convertirse en una verdadero laboratorio a cielo abierto, un lugar de experimentación y convivencia, en el medio rural pero conexionado con el arte de vanguardia y con el objetivo de facilitar que los jóvenes convivan con su propio entorno y con los lenguajes modernos del arte y de la experimentación.
Esta edición de ‘Arte en la naturaleza / pintar los campos’ ha sido especial por muchas razones. En primer lugar porque los agricultores han puesto a disposición de los artistas más paquetes de paja lo que ha permitido crear un espacio artístico que combina los dos márgenes de la carretera creando un efecto ampliado.
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