La fiesta recuerda una tradición de los sepulvedanos. Dicen que una vecina recogía con una cuchara el aceite que los vecinos donaban para la lámpara que alumbraba a la Virgen. El aceite era depositado en unos recipientes de barro, de ahí el nombre de “pucherillas”.

La talla de la Virgen es una imagen gótica que fue comprada por el Ayuntamiento de la Villa al ponerla en venta el cura párroco. Se encuentra situada en una hornacina protegida por una reja en la Puerta del Río.

Su fiesta se celebra la noche del 15 de agosto, donde los parroquianos se reúnen en el barrio de San Esteban, frente a la imagen de la Virgen, para cantar la salve en su honor. A continuación, los vecinos sirven limonada y pastas y ameniza la noche la Agrupación Musical de Sepúlveda.

Imagen: Estrella Sobrino