Por Pascua, velas para la Vigilia y cirios en el altar mayor
"En 1997 Segovia cuenta tan sólo con un maestro cerero que abastece, tanto al clero como a particulares de diversos puntos de España, de velas de cuarterón, cirios pascuales, lamparillas o incluso exvotos hechos por encargo".
Maestro cerero (I), por Esther Maganto.
El Gremio de los Cereros, Candeleros y Seberos segovianos nació en 1555, aunque en 1492 los Reyes Católicos ya habían redactado una pragmática en Santa Fe que regulaba la elección de los veedores, los exámenes que permitían obtener el grado de maestro y cuantos detalles concernían a las gentes que se dedicaban a estos oficios en toda España.
En 1997 Segovia cuenta tan sólo con un maestro cerero que abastece, tanto al clero como a particulares de diversos puntos de España, de velas de cuarterón, cirios pascuales, lamparillas o incluso exvotos hechos por encargo. Sin embargo, en el transcurso de estos cuatro siglos, las huellas de la cerería segoviana permanecen presentes en múltiples manifestaciones de religiosidad popular: la fiesta de las Candelas -celebrada en numerosas localidades- actos vinculados con la Semana Santa y la Pascua, el ofrecimiento de cirios en Santa María la Real de Nieva, la ofrenda de exvotos de cera en diversas ermitas y santuarios, o la renovada costumbre de llevar una vela rizada, junto con una jarra llena de agua y una toalla, al bautizo de los recién nacidos.
El Gremio
"Por el asombroso número de parroquias, conventos y capillas que había en la ciudad, podemos colegir que fueron muchos los oficiales dedicados a la confección de cirios para el culto, sin contar las velas y candelicas de cera o sebo que se consumieran en casa de los vecinos. Sin embargo, los cereros, candeleros y seberos, no se agremieron hasta el año 1555...". De esta forma daba comienzo don Juan de Contreras al capítulo VIII de su obra Hª de las corporaciones de Menestrales en Segovia, publicada en el año 1921.
Hoy, desaparecido el gremio, la única cerería segoviana, La Fabril Cerera, abierta hace medio siglo por una familia valenciana y sita en la calle Licenciado Peralta, nº 5, detrás del Gobierno Civil, pudo ser en sus orígenes una pequeña capilla perteneciente a una familia no vinculada al clero, aunque el local sigue perteneciendo a las propiedades de la orden de las Concepcionistas Peraltas.
El actual responsable Manuel Yuste, aprendiz hace veinte años -momento álgido de la fábrica- no necesitó de los cuatro necesarios para pasar a ser oficial gracias a su destreza en el oficio; desde hace siete, momento en el que se hizo cargo del negocio, se convirtió en el único maestro cerero segoviano, responsable de una producción que oscila entre los doce y quince mil kilos de cera anuales.
Sistema de inmersión
Las fechas de Semana Santa, que varían año en año, marcan el ritmo de trabajo; los pedidos comenzaron a prepararse en el mes de diciembre, ya que marzo es el mes destinado a reponer los cirios, velas o lamparillas de las iglesias para engalanarlas con motivo de la Pascua. En los últimos tres años, los párrocos han ido sustituyendo la iluminación tradicional por sistemas eléctricos, eliminando ese olor característico de la cera encendida y recurriendo en menor medida a la fábrica.
Las técnicas artesanales de la Fabril Cerera se mantienen gracias al uso de una rueda octogonal giratoria atravesada por su eje desde el techo hasta el suelo, que cuenta con ciento cincuenta años y que fue traída por la familia valenciana que abrió la fábrica en Segovia. De esta rueda, se cuelgan tablillas de madera con un determinado número de pequeños ganchos: las tablillas de uno a cinco, se utilizan para la elaboración de cirios, y las tablillas de seis a veinte, para la producción de velas.
Cera y Parafina
La tipología de velas litúrgicas que la fábrica destina al venta es amplísima y se conocen comúnmente por velas de cuarterón -100 grs-, de tres en libra -150 grs-, de media libra -200 grs-, de libra -400 grs- y velas para la vigilia de Pascua -1 mm de grosor-. Su color amarillento revela la utilización de cera mezclada con parafina, sin embargo, el color blanco de las velas -denominadas velas de esperma- descubre que está hecha bien de parafina -un derivado del petróleo-, bien de cera blanqueada al sol.
El sistema de blanqueo se recoge en la obra Agricultura e Industrias Rurales, del autor José Taboas Salvador y publicada en Madrid en 1952: "la cera obtenida, cera amarilla o cera virgen, se blanquea cortándola en láminas delgadas y exponiéndola a la acción continuada del sol y del sereno, o empleando procedimientos químicos de blanqueo tratándola por agua acidulada al tercio con ácido sulfúrico, a la que se adicionan unos cristalitos de nitrato sódico, agitando fuertemente la vasija hasta lograr destruir la materia colorante y obtener un producto puro".
En las fechas de Semana Santa -pasión de Cristo- y Pascua -resurrección del Señor-la Fabril Cerera vende numerosas velas y cirios. Los cirios pascuales, de grandes dimensiones, se adornan con una cruz latina y los símbolos del principio y fin de todo, alfa y omega, hechos con fieltro rojo o verde. En ocasiones presentan adornos de flores secas, recubriendo el cirio con una nueva capa de cera para fijarlos. Colocados junto al altar mayor en candelabros pascuales, a menudo artísticamente cincelados, los cirios se encenderán durante una misa la víspera de Pascua; los creyentes que porten velas de vigilia de Pascua, se acercarán al cirio y encenderán a su vez la vela.
El fuego que los ilumina simbolizará a Cristo como luz del mundo.
Segovia al día no se hace responsable de las opiniones de nuestros colaboradores.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.160