El salmantino Ignacio Cosidó, senador nombrado por las Cortes de Castilla y León y portavoz del PP del Senado por designación de Pablo Casado, se encuentra en el ojo de dos huracanes políticos distintos. Uno de ellos, al que nos referíamos días atrás, es la “operación Kitchen”, la investigación extrajudicial de que fue objeto Luis Bárcenas, el ex tesorero del PP, tratando de arrebatarle pruebas comprometedoras contra altos dirigentes del gobierno y del partido, comenzando por Mariano Rajoy, Soraya Sáez de Santamaría, Dolores de Cospedal y Javier Arenas.

Los digitales “Okdiario” y “El Español” han seguido desvelando datos que atribuyen a Cosidó, entonces director general de la Policía, la coordinación de dicho operativo, al servicio del cual fueron puestos 80 policías sin conocimiento previo ni posterior de ninguna autoridad judicial. Una misión en la que intervino el turbio comisario Villarejo, en aquel momento todavía en activo, a quién se le atribuye haber sobornado al chófer de Bárcenas con 48.000 euros procedentes del ministerio del Interior. Todo ello explica a la perfección el interés que en su día se tomó Rajoy para reservar a Cosidó uno de los dos escaños del Senado de los que dispone Castilla y León en la Cámara Alta. (Ver “El topillo” de 16 de noviembre).

Por si fuera poco escandalosa dicha operación -que amenaza con tener serias repercusiones penales contra el senador que lo es en representación de Castilla y León- Cosidó ha provocado él solito otro huracán de colosales dimensiones a causa de su incontinencia en el uso del “whatsapp”. En un intento de explicar las bondades para su partido del pacto para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, el portavoz del grupo envió a los 146 senadores del grupo un revelador “whasapp” en el que reconocía sin tapujos el afán del PP por controlar la Justicia. ”Obtenemos lo mismo numéricamente, pero ponemos un excepcional. (…) Y además controlando la Sala Segunda desde detrás y presidiendo la Sala 61”, decía el mensaje.”.Y añadía: “Ha sido una jugada estupenda que he vivido en primera línea. Nos jugábamos las renovaciones futuras de 2/3 del TS y centenares de nombramientos en el Poder Judicial, vit les para el PP y para el futuro de España”.

Para muchos, esta torpe confesión de Cosidó ha sido el detonante de la renuncia del magistrado Manuel Marchena a presidir el CGPJ y el Supremo, lo que dinamitado esa “jugada estupenda” que el portavoz del PP del Senado había vivido tan en primera línea. Ahora queda por ver como sofoca Casado el doble incendio originado por uno de los dirigentes hasta ahora de la máxima confianza.

El topillo de Castilla y León