Mientras los demás partidos no parecen tener ninguna prisa en proclamar a sus candidatos municipales, el PSOE sigue tirando del gobierno Sánchez para lanzar la campaña de los suyos. La ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, aprovechó ayer la celebración de la XXX Cumbre Hispano-Lusa para acercarse por la mañana a León y apadrinar la candidatura de José Antonio Díez, el socialista que intentará en mayo hacerse con la alcaldía de la capital leonesa.

El pasado fin de semana fue la ministra de Industria, Reyes Maroto, la que se hizo presente en Medina del Campo (por otra parte, su localidad natal) para arropar a la alcaldesa Teresa López, quien opta a la reelección sin perjuicio, si se pone a tiro, de dar el salto a la presidencia de la presidencia de la Diputación provincial, donde es portavoz del grupo socialista.

Mucho antes, el 15 de septiembre, fue el ministro de Exteriores, Josep Borell, quien asistió en Valladolid a la presentación pública de la candidatura de Óscar Puente como aspirante a repetir mandato. De todo ello se desprende que alguien ha decidido que los candidatos socialistas que encabezan el cartel en los 15 ayuntamientos de más de 20.000 habitantes cuenten con el padrinazgo del ministro o ministra correspondiente.

El PSOE, que madrugó mucho para cerrar sus primarias municipales, no lo ha hecho tanto para convocar las primarias que por primera vez ha de celebrar para elegir sus candidatos a las Cortes de Castilla y León. Mientras que en las primeras ni siquiera hubo que poner urnas -no concurrió ningún candidato alternativo en los 15 municipios incluidos en el proceso- lo de hacerse hueco en las listas autonómicas va a ser harina de otro costal.

Que los demás partidos no tengan candidatos no quiere decir que en ellos no haya quien lleve tiempo ya en “modo campaña”. A la que se le nota mucho es a la consejera de Economía, Pilar del Olmo, quien parece haber interiorizado el rol de candidata del PP a la alcaldía de Valladolid. Ayer se despachó sobre la Cumbre Hispano-Lusa afirmando que no esperaba nada de la misma más allá “de la contaminación del espacio aéreo” (en alusión al uso de aviones oficiales por parte de Pedro Sánchez y otros miembros del Gobierno). No sé si pensaría lo mismo Juan Vicente Herrera, que acabó con agujetas en el brazo derecho de tener que saludar a su llegada a todos los participantes en el encuentro…

El Topillo de Castilla y León