Al que fuera secretario provincial del PSOE leonés y hasta ahora procurador en las Cortes, Tino Rodríguez, hace tiempo de que se le consideraba políticamente amortizado. Concretamente desde que, a raíz del último congreso de los socialistas de Castilla y León, julio de 2017, el reelegido secretario autonómico, Luis Tudanca, le apartó fulminantemente de la dirección del grupo parlamentario, privándole de la sustanciosa remuneración que percibía desde el comienzo de la Legislatura.

Rodríguez pagó así los platos rotos de la dura batalla librada dentro del PSOE con ocasión de las primarias disputadas por Pedro Sánchez y Susana Díaz. Su activo apoyo a la presidenta andaluza le enfrentó abiertamente con Tudanca, quien tan pronto tuvo ocasión le degradó a la condición de procurador raso. Y así ha sobrevivido hasta que ayer presentó su renuncia al acta de procurador para incorporarse a la dirección adjunta de INECO, empresa pública dependiente del ministerio de Fomento.

La “trazabilidad” de este nombramiento no tiene doblez. Rodríguez fue asesor del ministro de Fomento cuando el cargo lo ocupaba José Blanco, quién más tarde propulsó desde Ferraz su desembarco en la política leonesa. Por ello se adivina a distancia la influyente mano de su antiguo mentor en esta repesca de Tino, máxime cuando la presidenta de INECO, Carmen Librero, fue directora general del ministerio bajo el mandato de Blanco.

Ello se añade a la peripecia protagonizada por otro ilustre socialista leonés, Iván García del Blanco, el que fuera secretario de Cultura en la primera Ejecutiva del PSOE de Pedro Sánchez, cargo remunerado con el que fue compensado al verse obligado a devolver a Óscar López el escaño de senador autonómico que antes le había dejado prestado el actual presidente de Paradores. Tras el derribo de aquella Ejecutiva y su sustitución por la gestora, García del Blanco anunció en Twitter su retirada de la política activa para dedicarse al ejercicio de la abogacía.

Pero esa presunta retirada no pudo ser más efímera, ya que en cuanto que Sánchez se puso en marcha para reconquistar la secretaria general, el ex secretario de Cultura no tardó un minuto en movilizarse en apoyo de la causa. Y ahí está de nuevo, ahora compatibilizando la secretaria de Cultura y Deportes del PSOE con las presidencias de la Fundación Pablo Iglesias y de la sociedad estatal Acción Cultural Exterior. De forma que la abogacía tendrá que esperar.

Lo dicho, nunca debe darse por muerto a un socialista leonés. Sobre todo, claro está, si el supuesto interfecto dispone de un buen padrino en el partido.

El Topillo de Castilla y León