Empezaré aclarando que, al igual que no es lo mismo una ración de ave que una aberración, nada tiene que el voto de calidad con la calidad de un voto. Viene a cuento lo anterior porque “El topillo” ha leído y oído en casi todos los medios que, gracias al voto de calidad de Silvia Clemente, la Mesa de las Cortes ha desestimado la prórroga solicitada para ampliar por tercera vez el plazo de presentación de enmiendas al proyecto de Ley de Igualdad Social de la Diversidad y de Género de Castilla y León, esto es, la Ley LGTBI de esta comunidad.

Y no hubo tal voto de calidad por la sencilla razón de que el mismo solo tiene lugar cuando se ha producido un empate en la votación, algo que no ha sucedido en este caso. No hubo empate porque el acuerdo en cuestión se adoptó por mayoría de cuatro votos a dos, ya que la presidenta sumó su voto favorable al de los representantes del PSOE, Podemos y Ciudadanos, quedando en minoría los otros dos miembros del grupo popular que completan la Mesa.

El desmarque de Silvia Clemente, que se atuvo a un acuerdo anterior de no conceder más de dos prórrogas si no es por unanimidad de la Junta de Portavoces, ha levantado ronchas en el grupo popular, cuyo portavoz, Raúl de la Hoz, no ha disimulado su cabreo con la presidenta de la Cámara. Ocurre además que la toma en consideración por el pleno de las Cortes del Proyecto de Ley LGTBI se produjo en su día con la abstención del PP, posición tampoco secundada por Clemente, que, supuestamente por error, votó a favor.

No es la primera vez que la presidenta se desmarca de las directrices marcadas por De la Hoz, mano derecha (nunca mejor dicho) en las Cortes del presidente autonómico del partido y del propio grupo parlamentario, Alfonso Fernández Mañueco. Y ello pese a formar parte asimismo de la cúpula del PP de Castilla y León y ser nada menos que la encargada de confeccionar el programa con el que los populares concurrirán a las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo.

Todo ello abunda en la condición de “verso suelto” que viene rodeando a Clemente, quien en las pasadas primarias para elegir nuevo presidente nacional del partido apoyó a Pablo Casado, a diferencia de Mañueco y su núcleo más afín, que apostaron de principio a fin por Soraya Sáez de Santamaría.

El Topillo de Castilla y León