El río Eresma, a su paso por la provincia de Segovia, contempla hoy a senderistas y ciclistas por donde vio pasar el tren durante más de 100 años.
El río Eresma discurre por las provincias de Segovia y Valladolid y desemboca en el Adaja, un afluente del Duero. El río tiene una longitud de 134 km y drena una cuenca de 2940 km².
Etimológicamente, Eresma deriva de la voz ibera «Iri-sama» cuyo significado es «que rodea a la ciudad grande». La ciudad a la que se alude no sería la de Segovia, sino más bien la localidad de Coca, la «Cauca Vaccea».
El amplio valle del Eresma ha estado habitado desde hace milenios. Sus vegas han sido cultivadas y transformadas por el hombre para sus asentamientos.
Tras siglos, los bosques de encina y roble melojo originales que flanqueaban la ribera han dado paso a extensiones de cultivos de cereal y cultivos forestales de chopos.
El Eresma ha sido testigo de muchos cambios, del paso de viajeros y mercancías en el tren amenizando con su verdor el trayecto. Ahora, presta su frescor al andariego de la naturaleza que realice este camino natural que utiliza el antiguo recorrido de la vía férrea Segovia – Medina del Campo, eso sí, esta vez por cualquier medio de locomoción no motorizado.
Vídeo y fotografía del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.










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