“Me han contado que algún candidato a candidata del PP ha pedido una red por si las moscas, un colchoncito por si se la pega”. Entrevistado ayer en “El Norte de Castilla” (antes “L´Osservatore herreriano”), el alcalde de Valladolid y candidato a la reelección, el socialista Óscar Puente, aludía sin duda a la consejera de Economía, Pilar del Olmo, empeñada -sarna con gusto no pica- en encabezar la próxima candidatura popular al ayuntamiento vallisoletano.

El dardo tiene su lógica, habida cuenta de los precedentes conocidos en el PP, donde han abundado alcaldables derrotados que después se han visto compensados con otros cargos incluso más cómodos y mejor remunerados, como puede ser un escaño en el Congreso o el Senado. Y también hemos visto como determinados alcaldes de capital han podido complementar su remuneración municipal con el “sobresueldo” que en la práctica suponen las suculentas dietas percibidas en su condición de procuradores de las Cortes, caso del actual edil de León, Antonio Silván, y del propio presidente autonómico del partido, Alfonso Fernández Mañueco, hasta el pasado miércoles alcalde de Salamanca.

A mantener dicha dualidad podría haberse acogido Pilar del Olmo si no fuera porque una de las escasas medidas de “regeneración democrática” que Juan Vicente Herrera compró en su día a Ciudadanos fue la de declarar legalmente incompatible a partir de las siguientes elecciones el escaño de procurador con la condición de alcalde o concejal de cualquier municipio con más de 20.000 habitantes. Una incompatibilidad que por de pronto impedirá al mencionado Silván volver a optar a ambos cargos.

Se malicia “El topillo” que la red o “colchoncito” que estaría pidiendo Del Olmo consistiría en formar parte de la candidatura al Senado por Valladolid en las próximas elecciones generales. Se da la circunstancia además que, en función de su carrera profesional (inspectora de Finanzas del Estado), la consejera de Economía percibe de la Junta una retribución superior a los 100.000 euros, muy por encima por tanto de los 76.500 en que quedó fijado el salario del alcalde Puente. Entretanto, otro posible “sobresueldo” en dietas sería el que se agenció en 2015 el alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, quién exigió compatibilizar la alcaldía con un escaño en la Diputación provincial, combinación de cargos que hasta entonces no tenía precedentes.

El Topillo de Castilla y León