Cuando se anunció que Pablo Casado proclamaría este sábado a los candidatos del PP a las alcaldías de las nueve capitales de provincia, ya advertimos que no todos los nombres están cerrados. Había dudas en varias de las plazas, algún nombre que se daba como seguro se ha caído del cartel y alguno de los actuales alcaldes que preferían darse por descartados al final se han visto obligados a concurrir a la reelección. Todo ello de acuerdo con las preferencias de Casado, que ha impuesto su criterio allí donde no le gustaba la propuesta de la correspondiente dirección provincial.

Los designios del presidente nacional han sido determinantes en Burgos y León. El burgalés Javier Lacalle, que creía haberse zafado de la candidatura municipal y se disponía a saltar a la política autonómica, ha tenido que recoger velas a toda prisa y volver a optar a la reelección, ello después de que a Casado no le convenciera ninguna de las opciones alternativas. Algo parecido ha ocurrido en León, donde Antonio Silván, por razones que a nadie se le escapan -la implicación de su equipo de gobierno municipal en la operación Enredadera- prefería hacer mutis por el foro. Pero Casado, que le nombró miembro de su junta directiva nacional, ha preferido correr ese riesgo antes de sustituirle por otro candidato con menos tirón en las encuestas.

El presidente nacional ha dejado hacer a las direcciones provinciales y a la autonómica en otras provincias, bien porque los candidatos propuestos le resultaran indiferentes o fueran de su completo agrado. Y así han salido adelante sin problema los candidatos de Ávila, Salamanca Zamora, Palencia, Soria y Valladolid. La candidatura de la actual consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, partía con el aval de Juan Vicente Herrera, el principal político de la comunidad que desde el primer momento apoyó a Casado en su carrera hacia la presidencia nacional del PP.

Casado ha dejado hacer a los antiguos sorayistas en Zamora, dando por bueno el cambio de candidata auspiciado por Fernando Martínez Maillo, y tampoco ha cuestionado las candidaturas apadrinadas por Alfonso Fernández Mañueco en Salamanca y Soria. Sin embargo, el encontronazo con el antiguo sorayismo ha surgido en Segovia, donde hasta este mismo viernes no se ha resuelto el duro pulso librado entre Génova y la dirección provincial.

La presidenta del PP segoviano, Paloma Sanz Jerónimo, y su antecesor, el actual secretario autonómico, Francisco Vázquez, respaldaban la candidatura de José Mazarías, coordinador provincial (número tres) del partido, mientras que en Génova se apostaba por Pablo Pérez Coronado, ex concejal y ex presidente de Nuevas Generaciones, apoyado por el secretario general, Teodorín García Egea. Finalmente, y ante el desaire que hubieran sufrido Sanz y Vázquez, Casado ha transigido con una decisión salomónica consistente en que el candidato sea el portavoz en la Diputación provincial, José Luis Sanz Merino, antiguo ex concejal de la capital y ex secretario territorial de la Junta.

El Topillo de Castilla y León