El Ayuntamiento ha recuperado el jardín del Rey, una pequeña joya, situada en el extremo oeste de la Casa de Moneda, concebida para el disfrute personal de Felipe II.
Ahora este jardín secreto al más puro estilo renacentista vuelve a lucir con todo su esplendor. Un espacio íntimo y muy especial dirigido a los cinco sentidos, con rincones recoletos a los que se accede desde una discreta puerta de uso individual.
El proyecto para su recuperación es independiente al del edificio. Pensado y diseñado en 2011 por los técnicos de las concejalías de Medio Ambiente y Patrimonio con la colaboración de especialistas en arqueología y palinología, botánica y jardines históricos, fue autorizado por la Comisión Territorial de Patrimonio Histórico de la Junta de Castilla y León.
Los tres primeros meses se emplearon en sacar trastos y materiales, para después recuperar y mantener la traza original. Después comenzaron los trabajos en las instalaciones: saneamientos, riego, electricidad, el agua para las fuentes y las plantaciones en todo el espacio, 1.400 m2.
Tres fuentes
El Jardín del Rey cuenta con tres fuentes, la de los Tres Caños situada donde estuvo el estanque con el que se regaba todo el jardín y la huerta; un fontín circular de granito en el centro del cenador y una pileta descubierta detrás de la palmera casi centenaria. A estas tres fuentes ornamentales se ha añadido una cuarta destinada al consumo humano.
Otra de las intervenciones destacadas es la rehabilitación del Pabellón de Pesca y de las pinturas murales del interior. Se trata de dibujos realizados para la visita de Isabel II a mediados del siglo XIX (1849). Es una decoración que ennoblece la estancia reproduciendo frisos horizontales y columnas en las esquinas junto con distintos motivos como cestas de frutas y pájaros.
En la recuperación de muretes y escaleras que conectan las diferentes terrazas del jardín, se han empleado piedras originales y otras similares (piedra caliza y mortero de cal). En el suelo del cenador se ha colocado emborrillado, pequeños guijarros. Y en los pasillos se ha utilizado jabre que una vez compactado delimitan las zonas de paso.
Además se han recuperado las pérgolas metálicas y colocado seis bancos de granito localizados en el depósito municipal del Peñigoso. Y es que, durante los trabajos realizados en el Jardín del Rey se han buscado elementos con personalidad histórica acorde al lugar en el que se ha intervenido.
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