El viernes comenzaba en Cantalejo con la apertura de inscripciones y a medio día se entonaban los cuerpos moteros con una degustación del caldo de La Leyenda.

Tras el caldo caliente, muchos moteros iniciaron la ruta hacia San Pedro de Gaíllos, uno de los pueblos amigos, donde tomaron el aperitivo tras realizar una visita a la iglesia de San Pedro y el museo del Paloteo,

Tras la comida y el descanso se preparaba durante horas una gran fiesta de nochevieja en la que las uvas eran sustituidas por piñones y una copa que, después, sirvió para esperar el Año Nuevo Motero.

También por la tarde, en la carpa social, se realizaban presentaciones y charlas sobre grandes viajeros. Otros asistentes a la concentración optaban por una excursión a Turégano donde realizaron un “saludo de hermandad” a los motoristas del mundo.

Bien entrada la noche, con mucho frío, comenzaban los conciertos en la Plaza La Leyenda. Los Skull metían en ambiente al público para esperar las campanadas que saldrían de los grandes altavoces de un magnífico escenario y que darían paso a la fiesta de nochevieja y año nuevo motero.

Con temas eternos de The Beatles o The Clash, el público saltaba y calentaba sus cuerpos al ritmo de la música. A las doce llegaban las campanadas y se comían los 12 piñones. Para pasar los piñones sirvió un brindis con Palacio de Bornos.

Una vez que entraron en año nuevo, los moteros de La Leyenda disfrutaron de un concierto que tributaba un homenaje a Queen de la mano de Capitán Mercury en el que sonaron los clásicos de la banda británica.