¡Alerta antifascista! Íñigo Errejón huye de Podemos

El paso de Podemos a la ‘izquierda caviar’ sigue dando disgustos al votante de la izquierda tradicional que hace años se quedó sin sus clásicos partidos de referencia.
Aurora Limón
En los primeros años de la Santa Transición, los comunistas aseguraban que sus compañeros del PSOE no habían visto en su vida a un obrero vestido con un mono. Es lo mismo que les pasa a los quincedesmayaos de la falsa izquierda.
El cúmulo de estupideces políticas que el electorado de izquierda y derecha se ha tenido que tragar desde la llegada de Zapatero es de tal calibre que se reproduce día a día en las filas de Podemos.
Los mismos personalismos de progres millonarios, o que aspiran a serlo, se desplazaba desde el PSOE a ese conglomerado de progres de salón aliados a progres supremacistas de las denominadas mareas aliadas con el partido morado.
Morados salieron los escasos militantes que tuvieron que decidir si su amado líder podía abandonar su pisito de Vallecas y comprar una mansión en Galapagar. Y Podemos dijo sí.
En cualquier caso, las grandes tragaderas no han sido las de los votantes del común, En Comú, los comunes, las comunas y los comuneros. Las tragaderas han sido las de la militancia tradicional de Izquierda Unida que, tras décadas de esfuerzo y trabajo, permitieron que un niño bonito, Alberto Garzón, enterrara al PCE y dinamitara IU.
El niño bonito se ha quedado para llevar la pancarta. Siempre detrás de los Ceaușescus de Galapagar, también llamados marqueses de La Navata.
Íñigo Errejón ha cambiado a Pablo Iglesias por Manuela Carmena. Y eso a cuatro días de unas elecciones que iban a ser la tumba del fascismo. La nueva pareja electoral echó las cuentas: El Ayuntamiento ‘pa ti’, la Comunidad ‘pa mí’. En eso se ha quedado la izquierda. En repartir la pasta.
El seguidor o la seguidora de Pablo e Irene, Ireno y Pabla, o como se diga en la neolengua importada por los progres de Zapatero, gastando centenares de millones de euros en estupideces, doblepensar y los dos minutos de odio, ya tiene otros referentes en “el foro”, el tándem Iñigo y Manuela.
En los barrios obreros de Madrid están deseando ver la ternura con la que se ilustrarán los carteles electorales. La abuelita comunista y el nieto peronista, un admirador de esa Evita Perón que visitaba a los pobres españoles en los años cuarenta de la mano de doña Carmen Polo.
Las carcajadas de unos y el enfado de otros se dejan sentir en toda la Comunidad de Madrid, llegan a La Navata y traspasan las montañas de la Sierra de Guadarrama.
Como regalo, a los votantes y votantas de izquierda o de izquierdo, les dejaremos la carta de Íñigo y Carmena. Es una nueva aportación al ‘pensamiento Alicia’ con el que Zapatero destrozó al PSOE y con el que Pedro Sánchez le rematará destrozando a media España.
Todo es paz, amor, democracia, derechos, mayoría, participación, ilusión, cambio, revulsivo, convivencia, seguridad: "Nuestras manos, nuestro abrazo entre dos generaciones”.
¿Es posible más falsedad? Sí. Esperen sentados. La cursilería fascistoide y joseantoniana de la falsa izquierda es solo el primer paso.
Carta de Manuela Carmena e Íñigo Errejón
La democracia es un gran regalo colectivo y por eso mismo, a veces, como pasa con todas las relaciones humanas, hay que cuidarla y comprometerse con ella. En España y en particular en Madrid existe una mayoría demócrata y progresista que no quiere que nos arrastren al enfrentamiento y el retroceso. Pero una buena parte de esa mayoría necesita un proyecto que renueve su ilusión y confianza en que las cosas se pueden hacer todavía mejor. Para ello hay que abrir y sumar yendo más allá de las siglas: las fuerzas políticas del cambio son necesarias, la ciudadanía y su creatividad son imprescindibles. Nos encontramos ante un momento decisivo, Andalucía ha sido un toque de atención. Hoy todo el mundo sabe que necesitamos un revulsivo.
Las próximas elecciones autonómicas y municipales en Madrid son muy importantes. Madrid es una tierra de convivencia, de libertad y tolerancia, de solidaridad. Por eso queremos continuar el Gobierno del cambio en la alcaldía y extender su ejemplo a la Comunidad de Madrid, tras casi un cuarto de siglo de desgobierno, desigualdad y saqueo por parte del PP de Aguirre, Ignacio González y Cifuentes. Los madrileños y las madrileñas somos mejores que eso y queremos demostrarlo.
Firmamos esta carta para comprometernos y hacer una invitación colectiva, abierta y cívica. Ponemos en ella lo mejor que tenemos: nuestras manos, nuestro abrazo entre dos generaciones, nuestra complicidad e ilusión, para invitar a muchos más vengan de donde vengan. Así se ganó el Ayuntamiento de Madrid en 2015 y ese es el camino que queremos volver a recorrer. Lanzamos esta iniciativa dos personas, Manuela Carmena e Íñigo Errejón, de diferentes trayectorias y generaciones. Es una metáfora de lo que queremos para Madrid: poner diferentes miradas a encontrarse en un proyecto compartido.
Estos cuatro años la alcaldía de Madrid ha desarrollado iniciativas innovadoras y justas, pero ha tenido en frente la desidia y el boicot del Gobierno regional del PP y CS. Necesitamos gobiernos e instituciones que cooperen, no que se bloqueen. Hace falta sintonía, ideas claras y voluntad de servir a la gente, hayan votado lo que hayan votado. El Ayuntamiento y la Comunidad tienen que tener la misma partitura, no pueden desafinar. Por eso queremos presentar un proyecto integral. Porque los problemas y deseos de los madrileños y madrileñas no entienden de competencias, sino de trabajar juntos.
Por eso lanzamos esta carta a la ciudadanía madrileña, para extender la iniciativa Más Madrid también al ámbito de la Comunidad. Coordinando las propuestas en un programa conjunto y participativo, acompasando nuestras primarias el próximo mes de febrero y ofreciendo un proyecto integral, optimista y de futuro. Este es un llamamiento a juntarse, a las fuerzas progresistas y a toda la ciudadanía con o sin adscripción de partido, a la que sigue atenta esperando un cambio y también a la que está en la apatía o la duda. La política es de la gente y la hacen las personas. Estamos convencidos de que la cooperación, la apertura y la transversalidad multiplican y son las mejores llaves para el futuro. Es más necesaria que nunca otra manera de hacer política que escuche más que grite, que proponga más que imponga, que colabore más que compita. Amamos Madrid y Madrid se juega mucho. Al invierno siempre le sigue la primavera, y esta que viene no la vamos a olvidar. Cuidémonos: cuidemos la democracia, cuidemos Madrid.
Manuela Carmena e Íñigo Errejón
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