Señorías damnificadas por el adelanto electoral (IV)
Concluye este sucinto repaso a los damnificados del PP echando un vistazo a las tres provincias herederas de lo que fue el núcleo central de la Extremadura castellana (en su exultante e insultante juventud, “El topillo” leyó a su paisano Anselmo Carretero, si bien nunca compartió la delirante deriva que llevó a sus mas conspicuos discípulos segovianos, agrupados en torno a la asociación Comunidad Castellana, a alentar el caciquil intento político de convertir Segovia en una sedicente autonomía uniprovincial).
En Ávila, “cuna” política de Pablo Casado, no habrá ningún damnificado de relieve. Queda por ver si hereda el número uno al Congreso el incombustible Sebastián González, actual senador y nuevo tesorero (ojo al dato) en Génova, o corre la anterior lista y pasa a encabezarla Joserra García Hernández, el conmovedor espontáneo que se tiró al ruedo en las primarias y, tras no pasar el corte, acabó apoyando su “paisano” abulense. Inamovible en la candidatura a la Cámara Alta es el ex alcalde y actual senador Miguel Ángel García Nieto. Visto lo cual, la única que puede peligrar es la senadora Carmen Aragón, si bien no hay que olvidar que es la única mujer de los actuales cinco parlamentarios nacionales del PP por Ávila, a la vez que la tradicional cuota comarcal del valle del Tiétar.
En Soria, territorio sorayista en las primarias nacionales del PP, no se descarta que Casado castigue a la dirección provincial del partido enviando a un cunero (a fin de cuentas él también lo ha sido y lo sigue siendo por Ávila) para cubrir la vacante que deja Jesús Posada, quien después de haber encabezado la candidatura al Congreso en todas las elecciones generales desde 1993 -26 años de diputado le contemplan y antes fue durante otros dos senador autonómico-, ve llegada a sus casi 74 años la hora de su jubilación política.
De apostar por alguien del PP soriano, se supone que Casado lo haría por el senador Tomás Cabezón, uno de los escasos apoyos con los que contó en su confrontación con Soraya Sáenz de Santamaría. Aunque consigan repetir en las listas, los otros dos senadores, Mar Angulo y Gerardo Martínez, pueden verse apeados de sus escaños si, como todo indica, el PSOE resulta ser la primera fuerza política en Soria a considerable distancia del PP, que corre incluso serio riesgo de no ser ni siquiera la segunda, máxime cuando la Plataforma por el Pueblo Soriano (PPSO), que aglutina a la legión de disidentes que ha ido abandonado las filas populares, anunciaba ayer que concurrirá a estas elecciones generales.
Y donde puede saltar la gran sorpresa de las listas del PP a las generales es en Segovia caso de confirmarse el rumor que apunta el posible desembarco en las mismas nada menos que de la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente. Sería la salida pactada para superar la tormentosa relación entre Clemente y el presidente del partido en Castilla y León y candidato a la presidencia de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, cuyo núcleo duro más cercano (el trío integrado por el sinuoso Pedro Viñarás, tesorero y verdadero número dos en la sombra; el inquietante Raúl de la Hoz, portavoz del grupo parlamentario; y el rudimentario Francisco Vázquez, secretario autonómico) no soporta a la presidenta de las Cortes y viceversa.
De confirmarse el rumor que sitúa a Clemente como cabeza de lista al Congreso por Segovia, la damnificada sería la diputada Beatriz Escudero, meritoria cospedalista que se vería desplazada a la lista del Senado, en la que se supone que repetirá (de algo le tienen que servir las inmensas tragaderas con las que encajó la humillación infligida por Casado con el cambiazo del candidato a la alcaldía de Segovia) la presidencia provincial del partido, Paloma Sanz Jerónimo.
Y quien lo va a tener realmente crudo es el aún más prescindible senador Juan Ramón Represa, a quien esta vez no parece que le vaya a servir de nada su parentesco familiar con Fernández Mañueco. O mucho se equivoca “El topillo” o Represa va a tener que volver a dedicarse a la abogacía, sin perjuicio de seguir echando una mano, a modo de mancebo, en la farmacia que regenta su santa esposa. (Continuará)
A los directamente damnificados por verse excluidos de las próximas listas al Congreso o al Senado hay que añadir en este caso a los candidatos a las alcaldías en las municipales del 26 de mayo que, a causa del adelanto de las elecciones generales, se van a ver privados de un mullido colchón que amortigüe su caída en el caso de que se precipiten al vacío en los comicios locales. Me explico.
En los usos y costumbres de algunos partidos, mayormente el PP, está la de compensar con un escaño de las Cortes Generales a determinados candidatos a las municipales fracasados en el intento de conseguir las alcaldías. A modo de ejemplo, existe toda una tradición al respecto en Segovia, donde se ha hecho costumbre que los frustrados aspirantes al trono municipal acaben ocupando un escaño del Senado.
El precedente lo sentó el actual secretario autonómico del PP, Francisco Vázquez, el primero en morder el polvo frente al ex alcalde Pedro Arahuetes. La segunda candidata del PP que intentó desbancar a Arahuetes, Beatríz Escudero, fue compensada igualmente con un escaño en la Cámara Alta. Y el siguiente aspirante del PP a la misma alcaldía, Jesús Postigo, éste derrotado ya por la actual alcaldesa socialista, Clara Luquero, no tardó en heredar el escaño del Congreso que tuvo que abandonar Pedro Gómez de la Serna, el diputado cunero especializado en el cobro de comisiones a cambio de traficar con sus influencias en la adjudicación de obra publica en el extranjero a determinadas empresas.
En línea con esta tradición existía la razonable sospecha de que la nueva candidata a la alcaldía de Valladolid, la todavía (al menos por las mañanas) consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, había exigido su inclusión en la lista del Senado en el caso de fracasar en el intento de desalojar del puesto al socialista Óscar Puente. Un colchón de seguridad frustrado al adelantarse en el calendario las elecciones generales.
Idéntica sospecha recaía sobre el actual alcalde de Burgos y, muy a su pesar, candidato a la reelección, Javier Lacalle, a quien Pablo Casado ha obligado a repetir en contra de su voluntad, que no era otra que la de encabezar la lista autonómica por Burgos y gozar de la generosa soldada con la que las Cortes retribuyen a los procuradores “liberados”. También se ven privados de ese posible colchón los candidatos a las alcaldías de Segovia, Soria y Zamora, Pablo Pérez Coronado, Yolanda de Gregorio y Mayte Martín Pozo, aunque esta última mantiene, llegado el caso, la opción de aferrarse a la presidencia de la Diputación provincial.
En última instancia, a todos ellos, así como a los demás candidatos del PP a las alcaldías de las nueve capitales, les queda la posibilidad de acogerse al “comodín Polanco”, consistente en agenciarse un sobresueldo añadido ocupando un escaño en la respectiva Diputación provincial, tal como hizo el actual alcalde de Palencia tras su reelección en las municipales de 2015. Y tan oreado que se quedó el a la sazón presidente de la Federación Regional de Municipios y Provincias...
El topillo de Castilla y León
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