El candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Junta, Francisco Igea, anda sembrado en materia de declaraciones. Médico de profesión, no consta que tenga a su servicio ningún asesor ni equipo de campaña especialmente dotado para la comunicación (si lo tiene se lo habrá sacado de la manga, ya que la ineficiencia del aparato autonómico del partido en esa materia, como en tantas otras, ha sido hasta ahora manifiesta). El caso es que Igea se las apaña, día si día también, para proporcionar un titular que garantice su presencia en los medios informativos.

El martes visitaba Burgos y en la cuna del presidente ” del gobierno zombi de la Junta no pasó por alto el ditirambo dedicado por el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, a su amigo y homólogo de esta comunidad, Juan Vicente Herrera, al que calificó, no ya de cardenal, sino de “camarlengo” de la política autonómica española. “Con Herrera de cardenal, el Vaticano sería un chamizo”, soltó el candidato de Ciudadanos, ligando su afirmación al estado del Parque Tecnológico de Burgos, cuyas obras se encuentran empantanadas desde 2011 sin que los sucesivos gobiernos presididos por el burgalés Herrera hayan sido capaces de impulsarlas desde entonces.

Al día siguiente visitaba Zamora, una de las plazas en las que el partido naranja presenta un perfil mas bajo, y se vino arriba proclamando que “nos estamos convirtiendo en la novia de esta campaña, incluso para el alcalde de Zamora”. Ha de reconocer Igea en este punto la evidencia de que, si ello es así, el cortejo no se debe ni al atractivo físico ni a la oculta belleza interior que atesora la casadera, sino que ésta es la opción que mejor puede satisfacer los apetitos (de poder) de los pretendientes.

La batalla de Zamora.- En cuanto a Francisco Guarido, el único alcalde de IU que gobierna una capital de provincia, su batalla es otra: Volver a ser la lista votada en la izquierda y que ésta sume mayoría absoluta, tal como sucedió en 2015. La diferencia es que hace cuatro años Podemos no compareció a las elecciones municipales en Zamora y ese pulso se libró exclusivamente entre IU y un PSOE muy en baja convaleciente de una escisión. Con Podemos ahora en liza con lista propia, la batalla por la hegemonía de la izquierda en la capital zamorana se afronta con las espadas en todo lo alto.

En todo caso, y a propósito de la afirmación de Igea, no conviene echar en saco roto que en materia de pactos Ciudadanos no mantiene sobre IU la misma posición que sobre Podemos. La línea roja trazada por el partido naranja frente a Pablo Iglesias y la formación morada no rige respecto a IU, con la que de hecho comparte determinados gobiernos municipales (sin salir de esta comunidad, es el caso de Ciudad Rodrigo, donde gobierna un tripartido integrado por ambos y el PSOE). Y ojo a esta combinación, que podría plasmarse en otros ayuntamientos y no de menor entidad.

Mientras otros cortejan a Ciudadanos, el PP de Castilla y León va a centrar su discurso (?) en presentar al partido de Igea como potencial aliado del PSOE y como tal responsable de que los pérfidos socialistas allanen por su culpa la Junta de Castilla y León, ese feudo que creen que les corresponde ad aeternum. Así de explícito ha sido el número uno por Valladolid y portavoz del grupo popular en las Cortes, Raúl de la Hoz, al referirse al “riesgo y al abismo” que supondría un gobierno de la comunidad “del señor Tudanca apoyado por los comunistas, por los socialistas y ahora parece que también por Ciudadanos”.

El problema del PP de Alfonso Fernández Mañueco, al que por cierto no oirán una palabra contra Vox, es que cuanto más ataquen a Igea y los suyos más remotas serán las ya de por sí muy remotas posibilidades de alcanzar con ellos alianzas poselectorales. Y no solo para la Junta, también en Ayuntamientos y Diputaciones.

El Topillo de Castilla y León