Juan Vicente "El Camarlengo"
Sobradamente conocida es la debilidad mutua entre el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente “pato cojo” de la Junta, Juan Vicente Herrera. Su feeling viene de lejos y Herrera bien que lamentó que el gallego no se decidiera a dar el paso en la carrera para suceder a Mariano Rajoy, lo que en su defecto le llevó a apoyar a Pablo Casado, con el que también siempre ha mantenido una notable sintonía.
El hecho es que cada vez que Feijóo y Herrera coinciden se prodigan en elogios recíprocos que a veces bordean la empalagosidad. Ayer coincidieron en Valladolid en una sesión del Foro Económico de “El Norte de Castilla” (antiguo “L´Osservatore herreriano”) y el presidente gallego no ahorró lisonjas a su amigo y homólogo castellano-leonés, al que calificó, no ya solo como “cardenal laico” de la política española, sino como “camarlengo” de la política autonómica. (No sé si Feijóo conoce exactamente la función del “camarlengo”, que según el DRAE, es el cardenal nombrado por el Papa para comprobar oficialmente la defunción del Romano Pontífice, comunicar el fallecimiento al cardenal vicario de Roma, sellar el apartamento del difunto y ocuparse de la liturgia funeraria propia del caso).
“No te puedes ir, te necesitamos, te pido que no dejes la política, sería un desperdicio…”, insistió el amigo Alberto a su compadre Juanvi. No sé que le habrá hecho pensar al presidente gallego que Herrera tiene intención de dejar la política, algo que en ningún momento ha anunciado públicamente. Sin ir más lejos, en declaraciones publicadas el pasado domingo por “Diario de Burgos”, el presidente “pato cojo” se remitía al acuerdo alcanzado en su día con Rajoy para abandonar en 2019 “la política en primera línea”.
¿Qué entiende Herrera por estar en “política en primera línea”? Vaya a usted a saber, pero “El topillo” sigue pensando que su aspiración política es la de ocupar uno de los tres escaños del Senado que corresponde designar directamente a las Cortes de Castilla y León. Y me extraña que su amigo Feijóo no lo sepa (seguramente lo sabe y ayer no hizo otra cosa que apoyar esa opción, que conllevaría la jubilación política -en edad está, desde luego- de Juan José Lucas, apalancado en uno de esos escaños desde hace 17 años.
Y volviendo a las aludidas declaraciones del “Diario de Burgos”, confirman de la cruz a la fecha que aquel barbilampiño burgalés que se incorporó a la consejería de Economía en 1992 y alcanzó la presidencia de la Junta nueve años después, con el paso del tiempo ha devenido en el prototipo de político que no dice la verdad ni a su médico…
El Topillo de Castilla y León
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