El cuento de la lechera de un gobierno presidido por Fernández Mañueco
Antes de que aparecieran las primeras quinielas de ministrables para el nuevo gobierno de Pedro Sánchez -incluidos los nombres sugeridos por Pablo Iglesias como candidatos de Unidas Podemos a sentarse en el banco azul- en el PP de Castilla y León ya se había desatado la rumorología sobre la composición de un hipotético gobierno autonómico presidido por Alfonso Fernández Mañueco.
La composición de las listas a las Cortes y la regla no escrita de contar, a ser posible, con un consejero procedente de cada provincia, arrojaban muchas pistas sobre la eventual alineación pensada por Mañueco. Como no podriá ser de otra forma, junto a él estarían tanto su teórico número dos en el partido, Francisco Vázquez, como el portavoz del grupo parlamentario popular, Raúl de la Hoz, dos de los cuatro elementos que integran la guardia pretoriana del presidente y candidato autonómico del PP.
De la Hoz, otrora peón de la máxima confianza del malogrado Tomás Villanueva, aspira lógicamente a heredar la consejería de Economía y Hacienda (o simplemente la de Economía si acabaran desdoblándose de nuevo). El encaje de Vázquez, que abandona la presidencia de la Diputación de Segovia, estaría en función de la colocación previa de otras piezas, máxime cuando estaríamos hablando de un gobierno de coalición.
Evidentemente, el presidente de las Cortes, que tiene su fecha de caducidad en la de la constitución de la nueva Cámara, encarnaría la cuota burgalesa. Al igual que en el caso de Vázquez, la consejería destinada a Ángel Ibáñez dependería de cómo se fuera componiendo el puzzle. En principio, si el eventual socio de gobierno no se empeña en quedarse con Fomento, su actual titular, el ex juez leonés Juan Carlos “Pañuelitos” Suárez-Quiñones, repetiría en el puesto, con lo cual tendríamos ocasión de ver si en un segundo mandato prescinde de los eslabones podridos que ha mantenido durante el primero.
A otro al que Mañueco tendría que colocar, sí o sí, es al ex alcalde y ex senador por Ávila, Miguel Ángel García Nieto, la nueva cuota abulense del PP. García Nieto, que presidió la Federación Regional de Municipios y Provincias, podría ser el nuevo consejero de Presidencia (sin el artículo “la” tan deliberadamente confuso que se inventó su actual y agónico titular). Le da la impresión a “El topillo” que las cuotas correspondientes a las provincias de Palencia y Zamora dependerían de la suerte que corrieran determinadas candidatas del PP a las elecciones municipales. Si Mayte Martín Pozo fracasa en su intento de arrebatar a Francisco Guarido la alcaldía de Zamora, y el PP tampoco consigue mantener la Diputación que ella misma preside, la compensación sería una consejería. En caso contrario, Martínez Maillo proveería la cuota zamorana.
También podría ser compensada con otra consejería la presidenta del PP y de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, en el caso de que no consiga mantener su actual cargo institucional. Como recurso alternativo para ocupar la cuota palentina siempre estará ese eterno chico-bien-mandado-para-todo-valido-igual-para-un-roto-que-para-un-descosido que es Carlos Fernández Carriedo, actual consejero de Empleo en el gobierno zombi del presidente “pato cojo” Juan Vicente Herrera. Y me da que Soria volvería a quedarse sin consejería, salvo que la aportara el socio de gobierno.
Otro día de estos hablaremos de los políticos de Ciudadanos que suenan para formar parte del próximo gobierno autonómico. Y esto sí es cosa seria, ya que, a diferencia del PP, lo de partido naranja no es el cuento de la lechera.
El Topillo de Castilla y León
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