Aunque sea tarde y con cuentagotas, hay quien se está animando a seguir el ejemplo de Gabriel Risco, el concejal electo de Salamanca que ha renunciado al acta considerándose responsable del mal resultado obtenido por la candidatura (Ganemos) que encabezó en las pasadas elecciones municipales. Ayer dimitió, aunque solo un poquito, Antidio Fagúndez, el candidato socialista a la alcaldía de Zamora, barrido electoralmente el pasado 26-M por el vendaval de IU en la capital zamorana.

Digo solo un poquito porque Fagúndez, que ha necesitado mas de dos semanas en darse por aludido del desastre (consiguió tres concejales de los 25 a elegir), ha renunciado exclusivamente a su acta de concejal, que no a su cargo de secretario provincial del PSOE ni a su condición senador electo por la comunidad autónoma. Argumenta Antidio que los resultados en la provincia no han sido tan malos como para dimitir de su cargo orgánico y lo dejar el Senado es algo que ni se lo plantea.

Con todo y eso, con su renuncia a la concejalía Fagúndez deja en evidencia a la todavía alcaldesa en funciones de Medina del Campo y asimismo secretaria provincial del PSOE, Teresa López, que, pese a su descalabro electoral, no parece tener la menor intención de dimitir absolutamente de nada. La razón no se le escapa a nadie: si renuncia a su acta de concejal no podrá ser de nuevo portavoz del grupo socialista en la Diputación provincial de Valladolid, que es a lo que aspira.

Así pues, ha de abandonarse cualquier esperanza de que López renuncie a nada. Mientras tanto, está teniendo que hacer frente a un conato de rebelión interna respecto a la siempre conflictiva designación de los futuros diputados provinciales. Y en medio de todo ello ha tenido la ocurrencia de ofrecer el apoyo socialista a la candidata de un partido escindido del PP con el fin de evitar que la alcaldía caiga en manos de los populares, maniobra fracasada al no entrar en el juego ni Ciudadanos ni IU.

El que sí ha cogido el tole definitivo es el que fuera primer responsable de Podemos en Zamora y ex secretario regional de Organización, Braulio Llamero, quien ha decidido abandonar la formación morada. Llamero, que nunca ha optado a ningún cargo público, pertenecía al Consejo Ciudadano Autonómico, al que se incorporó formando parte de la candidatura denominada “equipo Pablo Fernández”.

En su cuenta de Facebook, el ya ex dirigente de Podemos se ha declarado decepcionado ante el rumbo que ha ido tomando el partido, deslizando críticas a su orientación tanto a nivel autonómico como estatal. ”Podemos se ha transformado -dice- en un partido exclusivamente urbano, sin raíces ni ramas propias en la mayor parte de los territorios (…) y que carece de mensaje alguno para nuestra tierra y nuestras gentes”. “Todo esto me deprime -añade-, como me deprime que ahora no haya otra aspiración que entrar en el Gobierno, como socio menor de un PSOE al que hemos resucitado con nuestras torpezas”.

El Topillo de Castilla y León