El pasado 1 de abril, día en el que se disolvieron las Cortes de la anterior legislatura para dar paso a las elecciones autonómicas, el procurador de Ciudadanos Manuel Mitadiel decidió despedirse de forma sonada. Se personó ante la Fiscalía de Valladolid para presentar una denuncia por presuntos delitos de prevaricación y malversación en relación con la adjudicación y construcción del polémico hospital de Burgos.

Mitadiel, que había presentado a Ciudadanos en la comisión parlamentaria de investigación creada para esclarecer los millonarios sobrecostes de dicho hospital, centraba su denuncia en el primer reequilibrio presupuestario aprobado por la Junta, mediante el cual la empresa concesionaria, Eficanza, ingresó cerca de 50 millones de euros a su juicio de forma irregular, ya que correspondían a conceptos no contemplados en el contrato de adjudicación. Esta iniciativa del ex procurador levantó ronchas en la Junta, cuyo entonces vicepresidente, el inefable José Antonio “El Pica” de Santiago, llegó incluso a amenazar con actuaciones judiciales.

En realidad Mitadiel, que había decidido no presentarse a la reelección como procurador, se adelantó a lo pactado por todos los grupos de oposición, que habían acordado posponer hasta después de las elecciones la presentación de una denuncia conjunta a la Fiscalía sobre el cúmulo de presuntos delitos observados durante los trabajos de la comisión de investigación.

Dicha denuncia conjunta se ha formalizado el pasado 12 de junio, si bien no ha sido presentada a los medios informativos hasta la mañana de ayer. Pero aunque lleva la firma de Mitadiel, éste se desmarcaba de la comparecencia informativa convocada por PSOE, Podemos e IU, alegando haber suscrito dicho documento “a título personal como de procurador de C´s y no en representación de todo el grupo” . (?).

La realidad es que Mitadiel está en una situación muy incómoda. Había pensado retirarse de la política en cumplimiento de un compromiso con su familia “y para ganar calidad de vida”, y ahora parece dispuesto a seguir sacrificándose por la causa. De la mano de Francisco Igea, al que apoyó sin reservas desde el primer día, se ha incorporado a la comisión que negocia con el PP el reparto del botín en la Junta, de forma que suena como titular de una de las consejerías que se asigne Ciudadanos, que bien podría ser la misma de Sanidad o la de Hacienda, precisamente las dos que perpetraron al alimón las presuntas trapacerías del hospital de Burgos.

Y en semejante tesitura, la denuncia presentada ante la Fiscalía no es precisamente su mejor aval para compartir gobierno con un PP, partido que, pese a todas las evidencias, sigue considerando “impecable” adjudicación y gestión del hospital burgalés. En contraste con la mediocridad imperante en su grupo, Mitadiel destacó durante la pasada legislatura por su rigurosa labor parlamentaria, especialmente notable en las comisiones de investigación sobre el Hospital de Burgos y las Cajas de Ahorro. Pero arrastrado por la deriva por la que se ha precipitado Igea, da la impresión de que está a dos telediarios de tirar por la borda su prestigio. Veremos.

El Topillo de Castilla y León