
Nadie sería capaz de recordar todos los sitios a los que ha entregado sus datos. La lista sería interminable. Nombre, apellidos, correo electrónico, dirección… Incluso facilitamos nuestro DNI a muchas empresas que nos lo solicitan para, sencillamente, consultarles la tarifa de alguno de sus servicios.
No solo seríamos incapaces de enumerar todos los sitios a los que hemos cedido nuestros datos. Es que cada vez hemos ido proporcionando información más sensible. Hace algunos días, el Senado de los Estados Unidos alertaba sobre los riesgos para la privacidad de una aplicación que estaban utilizando millones de personas alrededor del mundo: FaceApp. Haciéndose tan solo una fotografía, el usuario puede ver los efectos que el paso del tiempo tendrá sobre su rostro.
El verdadero problema de entregar estos datos es que, al hacerlo, estamos aceptando unas políticas de privacidad que, en la mayoría de los casos, permiten la cesión a terceros. En el caso de FaceApp o una app con las mismas características, los usuarios entregan la propiedad total de datos biométricos a una compañía extranjera que no se rige por la legislación europea. Si estas empresas desearan en un futuro, y en su legítimo derecho, vender esta base de datos (no afirmamos que FaceApp la venda, sino en el supuesto caso de que lo haga) podría terminar en la Deep Web y en manos de personas de dudosa intención, generando infinitas consecuencias para sus usuarios: la falsificación de documentos, contratación de servicios bancarios, que el selfie figure en una página de contenido para adultos, entre un sinfín más.
Hay formas de protegerse: UmanID
UmanID es la primera app en Europa que permite preguntar a las empresas qué datos tienen de sus usuarios y cómo los utilizan. Es algo que puede hacerse en virtud del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que faculta al individuo para ejercer los derechos ARCO-POL (Acceso, Rectificación, Cancelación, Oposición-Portabilidad-Oposición-Limitación).
Solicitar nuestros datos personales a empresas o instituciones es un proceso complicado y tedioso que, gracias a UmanID se convierte en un trámite rápido, sencillo, completamente automatizado y, además, cuenta con validez jurídica. Podemos acceder a un enorme listado de compañías y contactar con ellas en pocos clicks para saber qué datos tienen sobre nosotros.
¿Realmente quiero que esa empresa de bebidas a la que envié mis datos hace diez años para participar en un sorteo siga teniendo esa información? Con UmanID puedo consultarle qué datos míos conserva y para qué los está utilizando. A partir de ese momento, tienen un plazo de 30 días para responder a la petición de acceso a los datos. Si el usuario no obtiene respuesta en ese periodo de tiempo, puede presentar una denuncia ante la AEPD o iniciar una reclamación legal para obtener una indemnización.






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