El nombramiento de nuevos delegados territoriales de la Junta le ha venido al pelo al PP para rescatar del “valle de los caídos” a varios de sus dirigentes provinciales que se dieron el batacazo en las pasadas elecciones municipales. Es el caso de los presidentes del PP en León y Soria, nombrados ayer delegados del gobierno de la comunidad en sus respectivas provincias.

El leonés Juan Martínez Majo, presidente de la Diputación provincial durante la pasada legislatura, fue desalojado del cargo el pasado mes de julio por el socialista Eduardo Morán, que pasó a gobernar la institución previo acuerdo con el único diputado de la Unión del Pueblo Leonés. Majó no solo se quedó sin la poltrona provincial, sino que además perdió la alcaldía de Valencia de don Juan, que ejercía sin interrupción desde 1995. Un doble fracaso electoral que al final le catapulta hacia la delegación territorial de la Junta.

Otra derrotada en las urnas, la presidenta del PP soriano, sigue la misma estela. Yolanda de Gregorio naufragó en su intento de acceder a la alcaldía de Soria y luego vio frustrada su posterior aspiración a presidir la Diputación. Después de haber sido en su día subdelegada del Gobierno, el regazo de Alfonso Fernández Mañueco le conduce a la delegación de la Junta.

La delegación territorial de Zamora ha constituido de rebote la tabla de salvación de otra notable del PP que salió maltrecha de las pasadas elecciones municipales, la candidata a la alcaldía de la capital, Mayte Martín Pozo. El compadre Fernando Martínez Maillo ha promovido como nueva delegada a la senadora Clara San Damián, cuyo escaño en la Cámara Alta hereda Martín Pozo, que casualmente era su suplente en la candidatura. Todo un apaño marca de la casa.

En el mismo orden de cosas puede situarse el nombramiento del nuevo delegado territorial de Segovia, José Mazarías, coordinador provincial del partido. Mazarías ni siquiera tuvo la opción de fracasar en las urnas, ya que, siendo la primera opción del PP segoviano para encabezar la candidatura municipal de la capital, fue rechazado desde Génova, que acabó imponiendo a Pablo Pérez Coronado, antiguo colega de Pablo Casado en Nuevas Generaciones.

El perfil netamente partidario de los delegados nombrados a instancias del PP (los de Valladolid y Salamanca llegan al cargo a propuesta de Ciudadanos) se extiende a Palencia, donde ha sido repescado el veterano José Antonio Rubio Mielgo, quien, tras cuatro legislaturas consecutivas en el Senado, se quedó fuera de las listas en las pasadas elecciones generales. En fin, un nuevo alarde de “regeneración” -no se esperaba menos- por parte del gobierno bipartito que preside Fernández Mañueco…

El Topillo de Castilla y León