El viernes 13 de enero se cumplen 42 años de la inauguración de los Refugios de Montejo y del embalse de Linares, administrados respectivamente por WWF y la Confederación Hidrográfica del Duero.
También fue viernes el 31 de mayo de 1974; cuando Francisco Ortiz de la Torre, entonces Secretario General de ADENA, nos reunió en Madrid a los jefes de los grupos juveniles de la asociación, para revelarnos un misterioso proyecto secreto. Semanas antes, Félix Rodríguez de la Fuente nos había dicho aquella frase (“Y cuando hagamos la reserva de los buitres…”), que décadas después fue el título del libro homenaje que me regalaron muchos amigos. Asimismo en 1974, el biólogo Luis Serrano indicaba: “Como lo consigan…va a mover a mucha gente”.
Y así fue, incluso a gente de lugares remotos. El pasado 17 de diciembre, visitaba el Refugio Kerri Wolter, gran especialista en buitres de Sudáfrica, con Álvaro Camiña (de la Fundación Internacional para la Conservación de los Buitres), y comentaba que es “maravilloso”.
Poco antes, el 12 de diciembre, terminó en Madrid, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, la exposición sobre la increíble historia del Refugio; organizada por Juan José Molina, Vicepresidente del Fondo para el Refugio, y producida por dicha entidad; con la colaboración del mencionado Museo (del CSIC), de la Casa de las Ciencias de Logroño (donde una exposición similar estuvo en 2015), de WWF, y del Parque Natural. En su inauguración, Juan José Molina dio una charla, subtitulada: “Una de las más bellas historias de conservación de un espacio natural que se han producido en nuestro país y una oportunidad para recordar el camino recorrido y conocer a las personas que lo han hecho posible”.
El éxito del Refugio se debe, sobre todo, a sus magníficos guardas: Jesús Hernando (de WWF), Juan Francisco Martín (de la CHD), y los que ya no están (Hoticiano murió en 2015, dejando “una huella imborrable en la tierra que le vio nacer”, como señalaba TVE en su programa “El guardián de Montejo”). Han sido esenciales para lograr el valioso apoyo de muchos habitantes de la zona, seguramente como en pocos espacios naturales; y la colaboración de cientos de naturalistas que dedicaron generosamente, a estudiar y defender estos parajes, buena parte de sus vidas, incluso con auténticos sacrificios personales. El trabajo descomunal del gran ornitólogo suizo Daniel Magnenat (sin olvidar la ayuda actual de su viuda, Marianne Delacrétaz) muestra hasta dónde puede llegar esa entrega completamente desinteresada, que no ha sido la única. También debe recordarse la importante labor de los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, y del SEPRONA.
En los dos últimos años, la colaboración entre GREFA, WWF, y los ayuntamientos de Montejo y Maderuelo, ha permitido la instalación de 41 cajas nido, ocupadas en parte (con éxito) por los cernícalos, para el control biológico del topillo. Otras muchas actuaciones recientes figuran en las memorias de WWF y del Parque Natural, en las circulares del Fondo, y en las “Hojas” Informativas.
El pasado 22 de julio, el guarda Jesús Hernando y yo pudimos ver, en el comedero de buitres de WWF, posiblemente la mayor agrupación de buitres leonados registrada allí; con bastante más de 950-1.000 ejemplares (en una foto se cuentan 452, sólo en parte del cielo), además de tres buitres negros y 4-8 alimoches. Ante aquel espectáculo impresionante, y teniendo en cuenta el dramático declive mundial de los buitres, Jesús Hernando comentó: “A ver si algún día va a pasar que no podamos verlo”.
Después, el 16 de octubre, en el embalse de Linares, Jorge Andrés Remacha y Juan Luis Galindo fotografiaron un falaropo picogrueso, ave marina del Ártico, por primera vez para la comarca (y para Segovia, que sepamos); con lo que ya son 329 las especies de vertebrados citadas en la zona.
En 1975 comencé los censos, que recibieron aquel año el Primer Premio Faraday de España (de la Asociación Española de Científicos y la Asociación para el Fomento de la Ciencia y la Técnica, del CSIC), y tuvieron otros premios los años siguientes; y he seguido haciéndolos desde entonces. Recogidos en más de 70.000 páginas (hay 7.537 solamente entre las 45 Hojas Informativas sobre el Refugio, que pueden verse también en naturalicante.com), representan uno de los seguimientos rigurosos más prolongados, de una gran comunidad de buitres y otras rapaces, de los que tenemos noticias. En 42 años, durante 40.619 horas de campo, he contado 5.869 pollos de buitre leonado que han llegado a volar, en 883 nidos distintos; 371 pollos volados de alimoche (y 83 más en zonas cercanas), en 269 reproducciones con éxito (y otras 66 cerca), y 102 (+22) nidos de esta especie (84, y otros 21 cercanos, con éxito alguna vez); etc. Para los buitres leonados, el nido campeón (Nº 5 de V.A.D.) ha sido usado con éxito 34 años, y otro nido (el Nº 12 del barranco de Valdecasuar) lo ha sido durante 20 años seguidos.
He comprobado (incluyendo también las zonas próximas) que 66 nidos de buitre, 54 de alimoche, 26 de cuervo, 24 de búho real, 17 de halcón peregrino, 20 de águila real, y 10 de cernícalo, han sido usados, antes o después, por otras especies de aves. La alternancia, seguida a largo plazo, parece bastante natural.
En 1983 comenzamos los censos colectivos de otoño; en los que han participado 728 ornitólogos, de forma completamente desinteresada. Los coordiné los 11 primeros años; después lo hicieron el biólogo Juan Prieto durante 19 años más, y el agente forestal Juan José Molina en los 4 últimos años. Agradecemos la colaboración del Ayuntamiento de Montejo de la Vega y la Asociación Cultural de Villaverde de Montejo, que ceden amablemente sus locales; de WWF y la CHD, que también lo hacen, y cuyos guardas participan; de la dirección del Parque Natural, que avisa a los cotos de caza de la zona; de todos los naturalistas que ayudan de distintas formas; y de las poblaciones locales, sin cuyo respaldo no habría sido posible ni hacerlo, ni mantenerlo tanto tiempo. El ambiente es excepcional, pues muchos participantes tienen amplia experiencia de campo y todos se llevan bien, como cualquiera puede comprobar (a las reuniones en los pueblos, previa y posterior, puede asistir quien lo desee). Continúo revisando los informes parciales de 2016, que suponen meses de trabajo; parece confirmarse que se superará el récord anterior, de 1.117 buitres leonados (al menos) en 2004. El censo de otoño ha sido reflejado en varias de las principales revistas científicas o divulgativas de naturaleza en el mundo; desde el “British Birds” en Inglaterra hasta el “Vulture News” en Sudáfrica, y bastantes más. Ha inspirado otros censos y trabajos en España; desde el primer censo nacional del aguilucho lagunero, hasta el censo invernal del buitre leonado en Madrid o en Andalucía. Los representantes andaluces lo reconocieron en el último congreso nacional sobre buitres, organizado por Caralluma en Murcia, añadiendo que “en ningún sitio se hace mejor que en el Refugio de Montejo, el censo de otoño”.
En una conferencia en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Ramón Grande del Brío dijo que, para defender la naturaleza, las personas pueden tener una importancia enorme, mucho más que los recursos técnicos o materiales; como recordaba en mi prólogo al IV Anuario Ornitológico de Burgos. En Montejo, el ejemplo asombroso del guarda Hoticiano, continuado por su hijo Jesús, nos muestra lo que puede hacer, de lo que es capaz, un solo hombre, incluso sin apenas medios; pero con la suficiente ilusión, conocimiento, esfuerzo, y nobleza, para suscitar el apoyo de muchos.
La amable colaboración de Javier Crespo y Javier Balset permite oír ahora, en naturalicante.com, la entrevista que Félix Rodríguez de la Fuente nos hizo, en 1977, a Hoticiano (quien reconoció sentirse feliz, con su trabajo como guarda del Refugio) y a mí, en Radio Nacional, para toda España. En Naturalicante aparecen también otras muchas novedades, así como programas de radio y televisión, gracias al constante trabajo desinteresado de Raúl González y otros.
En 2016, las hoces del Riaza fueron incluidas, por la SECEM, en una de las Zonas Importantes para los Mamíferos de España, con importancia internacional, recogidas en el libro recién publicado. Otros libros de 2016, relacionados con el Refugio, son los de Antonio Ruiz (ed. Universa Terra), o un capítulo de “Encuentros con lobos” (ed. Tundra).
El Refugio, o trabajos realizados allí, ha recibido 25 premios, y 18 títulos o figuras de protección. Ha aparecido en 4.333 publicaciones impresas de todo tipo, 1.341 trabajos o informes naturalistas (sin contar los de censos, que son muchos más), 54 congresos científicos (18 internacionales), 250 programas de televisión y 734 de radio, 321 conferencias, las tres Jornadas sobre Buitres (UNED), etc.
Las últimas charlas tuvieron lugar en Caravaca (Murcia) (con motivo del 40 aniversario de la Asociación Caralluma, pionera en conseguir el retorno natural de los buitres al sureste ibérico) y en Panzano (Huesca) (por el 30 aniversario del Fondo Amigos del Buitre, que mantiene varios comederos en Aragón y uno en África).
A pesar de las dificultades, la historia del Refugio es un ejemplo sorprendente, que ha inspirado otros muchos, de colaboración prolongada entre personas y entidades muy diversas. Deseamos que el Refugio siga siendo, y el Parque Natural sea también, un motivo de esperanza.
Presidente del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza
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