Vivo estos días con horror la caza de brujas que estamos haciendo en nuestros pueblos. Vecinos señalados, alcaldes pidiendo nombres de visitantes a los centros de salud -que probablemente ni leyes de protección de datos ni reales decretos les avalen para ello- y el colectivo de “los madrileños” señalado como peor pandemia que el propio coronavirus.
Hace días que empezó a escucharse el linchamiento a las segundas residencias, puestos en el punto de mira del miedo que nos paraliza estos días en que físicamente ya estamos paralizados y buscamos culpables.
Cuando el Presidente del Gobierno decretó el pasado marzo el Estado de Alarma ya declaró que quienes estuvieran en su segunda residencia a todos los efectos tendrían que actuar como si fuese la primera sin moverse de ella. Esto es lo que hay que cumplir. Y en muchos de nuestros pueblos hay habitantes flotantes que puede que estos días, tal vez a la vista de los acontecimientos que se adivinaban, se hayan venido a sus casas. Estaban en su derecho. Igual que si cualquiera de nosotros estábamos en una segunda residencia en Madrid, de vacaciones en Italia o en China y podríamos haber vuelto.
Es más, ¿cuántos segovianos viajamos a Madrid asiduamente por motivos laborales, de estudios o de ocio? El virus también llegó a Madrid, ¿quién sabe desde dónde?
Hay alcaldes diciendo que a sus pueblos han llegado visitantes y gentes diciendo que cada fin de semana se llenan los pueblos
- ¿qué datos reales tenemos de personas que una vez pasada la declaración del Estado de Alarma se hayan movido? ¿Cuántas denuncias hay interpuestas? El ministro del Interior ya indicó en comparecencia del día 6 de abril, que, aunque había algún caso de ciudadanos que habían ido a sus segundas residencias, el dato era anecdótico.
- Hay colas en los supermercados, sí, pero es que hay aforo y menos horas de venta y se llenan las plazas de coches porque los de pueblos pequeños vamos a comprar a los más grandes si no tenemos otra opción.
Otro tema candente es la saturación de la sanidad segoviana. Venimos escuchando que el problema en Segovia es dado por la cantidad de madrileños que se han instalado estos días
- ¿cuántos desplazados se han atendido estos días?, ¿es un número muy significativo respecto a otros momentos? Sería interesante conocer ese dato.
- En Segovia al inicio de la extensión de la pandemia hubo casos, ¿cómo se gestionaron y controlaron? Tal vez desde Segovia también se envió el virus a otros lugares.
- ¿No tiene nada que ver la escasez de recursos y el envejecimiento de la población en el porcentaje de fallecimientos?, ¿es verdad que hay algún protocolo que clasifique por edad la atención como se ha comentado en algún medio? Qué bien viene echar la culpa a los madrileños teniendo una sanidad desmantelada…
- En verano y vacaciones hay también residentes de segundas residencias, ¿no hay planes para esos momentos que se hayan aplicado esta vez?
- ¿Qué sabemos de las tarjetas de desplazados que han aumentando estos días? Hay un número importante de residentes segovianos empadronados en Madrid para tratarse allí y que no se les envíe a Burgos, Valladolid o Salamanca con patologías que no se atienden en Segovia, ¿podría ser que tal vez estos días, por temor, se han hecho tarjeta de desplazados por si necesitan ser atendidos?
Es peligroso el discurso que estamos escuchando. Especialmente cuando se trata de un discurso sin datos, basado en comentarios o en haber visto fotos con mucha gente, como decía la Consejera de Sanidad sobre Soria en días pasados.
Los llamados “madrileños”, son en su mayor parte tan segovianos como el que más, con otras circunstancias. Muchos de ellos han llenado nuestros pueblos en el pasado y puede que los llenen aún más en el futuro. Son nuestros vecinos, son nuestros amigos o clientes de nuestros negocios. Están tan preocupados por esta pandemia como nosotros y están cumpliendo la ley como los demás. Y, si no, nuestra obligación es denunciar, a madrileños o autóctonos que incumplan la ley; avisemos a las autoridades y dejemos los juicios para los jueces y paremos de extender el mal rollo por nuestra tierra, que bastante tenemos estos días.
Una segoviana, castellanoleonesa, madrileña, soriana, turolense, española, europea o china. Da igual. Una ciudadana de un mundo azotado por la pandemia en el que es mejor extender manos que extender odios.
Desatascos, limpieza y vaciado de fosas y depuradoras
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